LA BENDICIÓN DE DIOS

Una bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o un grupo de ellas.

Son muchas las bendiciones que a diario puedes disfrutar gracias a Dios, como son tu familia, tu prosperidad, tu salud y otras.

Sin embargo, las bendiciones de Dios son generalmente de tipo espiritual, como la salvación del alma gracias a la entrega de nuestro Señor Jesús en la cruz.

 La palabra «bendición» viene del latín benedictio, benedictionis. Sus componentes léxicos son bene (bien) y dicere (decir).

Así, el significado bíblico de bendición se interpreta como aquellos beneficios espirituales que una persona goza.

Además, bendición también es recibir cosas buenas por parte de Dios, como por ejemplo un avivamiento de fe, que hace que ese ardor en nuestro corazón no se apague.

Por lo tanto, la  podemos considerar como sinónimo de acción salvadora y sanadora de Dios a la humanidad y la creación.

Para recibirla debemos de darnos cuenta de nuestra necesidad de Dios y tener un corazón humilde y arrepentido, ser compasivos y justos.

BENDICIONES EN LA BIBLIA

La Biblia muestra en Génesis 27 la importancia que se atribuía a la bendición paterna en Israel, sobre todo la impartida antes de morir.

Allí, Jacob engaña a Isaac su padre ciego, para obtener de él la bendición que Isaac deseaba dar al primogénito Esaú.

“Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan”

Génesis 27,28

ALGUNOS DE LOS VERSÍCULOS BÍBLICOS QUE HABLAN DE BENDICIÓN

Génesis 12:2

“Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros”.

Génesis 28, 4

Que te dé a ti, y también a tus descendientes, la bendición que le prometió a Abraham, para que sean dueños de esta tierra donde ahora vivimos como extranjeros, pues él se la prometió a Abraham”

Números 6:24-26

“Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.”

Deuteronomio 28, 3-6

“Serás bendito en la ciudad y en el campo.  Serán benditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales. Serán benditos tu cesta y el lugar donde amasas la harina, y tú serás bendito en todo lo que hagas”.

Romanos 12, 14

“Bendigan a quienes los persiguen. Bendíganlos y no los maldigan.”

Hebreos 6:14

“y dijo: Sí, yo te bendeciré mucho y haré que tu descendencia sea numerosa.”

1 Pe 3, 9

“… No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario, devuelvan bendición, pues Dios los ha llamado a recibir bendición.”

TU PUEDES SER DE BENDICION

Acostúmbrate a bendecir a todas las personas, con la intención de enviar todo el amor y desear desde tu interior el bien a la persona o situación.

Recuerda que bendecir es “decir el bien”. En otras palabras, es hablar en positivo y pensar en positivo.

De esa forma, puedes hacerlo a tu familia, ya sea tu esposo o esposa, hijos y hasta amigos.

A quienes te han hecho daño, herido y porque sanarás soltando el recuerdo doloroso.

Al respecto, los venezolanos tenemos esa maravillosa costumbre de pedir la bendición que llamó tanto la atención del Papa Juan Pablo II.

Definitivamente, al reflexionar sobre todo esto, nos damos cuenta que el poder de recibirla es increíble.

Dios siempre nos bendice y al nosotros bendecir se genera la protección de Dios, del ser supremo y amoroso, sobre la persona a la que estás bendiciendo.

De manera que, cuando alguien te dice “Que Dios te bendiga” te está deseando lo mejor para ti.

Y también está actuando en favor suyo, pues cuando bendices a alguien también atraes el favor de Dios hacia ti.

Finalmente, a ti que me lees te bendigo en el nombre de Dios tu corazón, tu camino por recorrer, tu vida, tu familia, tu trabajo y tus finanzas.

Tengamos en cuenta que Dios nos ha llamado a bendecir a los demás, a nuestra ciudad, nuestro país. ¡Agrandemos siempre el círculo al bendecir!

Y ya finalizando les comento lo maravilloso de sentir como Dios nos envía grandes bendiciones para nuestra vida. Tal como, lo ilustra en la imagen presentada al iniciar.

Aquí les dejo el tema “La Bendición” y me despido de ustedes hasta una próxima Reflexión.

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