Hoy he querido compartir con ustedes expresiones que el Sucesor de Pedro dijo a los colombianos, hombre de Dios quièn no deja de sorprenderme con la juventud del alma que da el Espiritu Santo.

El Papa Francisco entró a Colombia diciéndoles, ¡La paz con ustedes! Con el saludo de todo judío y también de Jesús. Vino como peregrino de paz y de esperanza y para aprender de la fortaleza de los colombianos ante la adversidad.

Para mi, es un ser especial que considera que los colombianos han vivido momentos difíciles y oscuros. Màs les aclara que Dios nos ama con amor de Padre y anima a seguir buscando y deseando la paz auténtica y duradera. (Un mensaje que trae a todos quienes seguimos su transitar en nuestra Iglesia Catòlica)

Durante este viaje a los jòvenes les dijo: “por favor mantengan viva la alegría, es signo del corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor. Y si ustedes mantienen viva esa alegría con Jesús, nadie se la puede quitar, ¡nadie! “, Y les aconsejò que no se la dejen robar, cuiden esa alegría que todo lo unifica en el saberse amados por el Señor. Porque como dijo Dios nos ama….

Valorò en los jóvenes una sensibilidad especial para reconocer el sufrimiento de los otros y señalò que los voluntariados del mundo entero se nutren de los jòvenes que son capaces de resignar tiempos propios, comodidades, proyectos centrados en ellos mismos, para dejarse conmover por las necesidades de los más frágiles y dedicarse a ellos.

Tambièn dijo que ellos pueden haber nacido en ambientes donde la muerte, el dolor, la división han calado tan hondo que los hayan dejado medio mareados, como anestesiados por el dolor. Por eso les quizo decir que dejen que el sufrimiento de sus hermanos colombianos los abofetee y los movilice” y ayúden a los mayores, a no acostumbrarnos al dolor y al abandono.

A ustedes, jóvenes, les es tan fácil encontrarse… “Les basta para encontrarse una excusa, para suscitar un encuentro. Cualquier cosa es una excusa para el encuentro: la música, en el arte…” Y decia que pueden enseñarnos a los grandes que la cultura del encuentro no es pensar, vivir, ni reaccionar todos del mismo modo, la cultura del encuentro es saber que más allá de nuestras diferencias somos todos parte de algo grande que nos une y nos trasciende.

También invitò a perdonar a quienes los han herido, puès es precisamente por esta capacidad de perdonar que enfrentan el enorme desafío de ayudar a sanar el corazón del otro.

¡Jóvenes, sueñen, muévanse, arriesguen, miren la vida con una sonrisa nueva, vayan adelante, no tengan miedo! Sólo así se animarán a descubrir el País que se esconde detrás de las montañas; el que trasciende titulares de diarios y no aparece en la preocupación cotidiana por estar tan lejos.

Destacò que los colombianos son capaces de descubrir la Colombia profunda. Los corazones jóvenes se estimulan ante los desafíos grandes: “¡Cuánta belleza natural para ser contemplada sin necesidad de explotarla! ¡Cuántos jóvenes como ustedes precisan de su mano tendida, de su hombro para vislumbrar un futuro mejor!”

Estamos seguros que sabe que cada uno de nosotros los latinoamericanos tiene el potencial necesario para construir la nación con la que siempre hemos soñado. Los jóvenes son la esperanza de la Iglesia; en su caminar y en sus pasos adivinamos los de Jesús, Mensajero de la Paz, aquél que nos diò la Salvaciòn.

Durante este visita invitò a todos niños, jóvenes, adultos, ancianos a ser portadores de esperanza sin dejar que las dificultades no los opriman, que la violencia no los derrumbe, que el mal no los venza. Ya que creemos que Jesús, con su amor y misericordia que permanecen para siempre, ha vencido el mal, ha vencido el pecado y la muerte.

Asì durante esos dìas de visita a los colombianos, nos abrazò a todos con su mensaje, recordando a los enfermos, a los más pobres, a los marginados, a los necesitados, a los ancianos, a todos y rogò a Dios que nos bendiga. Sin dejar de pedir como siempre “no se olviden de rezar por mí”

¡Gracias Papà Dios por la visita del Santo Padre a Latinoamèrica!