TRATA A LOS DEMÁS…

TRATA A LOS DEMAS COMO QUIERES QUE TE TRATEN Regla de Oro: me doy cuenta que muchos nos apoyamos es un gran principio de comportamiento. Es claro que para quienes conocen el pensamiento humanista, la Regla de Oro no presenta ninguna dificultad. Su coincidencia con la visión que tenemos del ser humano es perfecta.

Sin embargo, algunos comentarios pueden ayudar a difundir un comportamiento en el que se afirma y justifica el esfuerzo por erradicar el dolor y el sufrimiento en la sociedad en que vivimos. Cuando hablamos de discriminación, de respeto por la diversidad, y de elección de las condiciones de vida a las que aspiramos para nosotros y para los demás, está resonando lo moral.

En el  Humanismo se escribe sobre la Regla de Oro como: “Principio moral, muy difundido entre diversos pueblos, revelador de la actitud humanista. Pero pensando en la diversidad de opiniones, otros lo señalan de la siguiente manera:

“Lo que no quieras para tí no lo hagas a tu prójimo”. Rabino Hillel

“Que me sea dado hacer a los otros lo que yo quisiera que me hicieran a mí “.Platón :

“No hagas a otro lo que no te gustaría que te hicieran”. Confucio:

“El hombre debe esforzarse por tratar a todas las criaturas como a él le gustaría que le tratasen”. Máxima jainista :

“Todas las cosas que quisiérais que los hombres hicieran con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Así que “Trata a los demás como tú quisieras que te trataran”. Cristianismo:

En el Humanismo se dice: “TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN” muchas personas entienden, practican y tratan de practicar este principio de conducta. Ellas parten de una sensibilidad, de una apreciación del otro, diferente a la que se ha impuesto hasta ahora en esta época de desestructuración de la relaciones humanas.

El entendimiento cabal de este principio, parte de la comprensión de la estructura de la vida humana en su totalidad. Esta comprensión es diferente a la habitual. Porque si habitualmente no se trata al vecino en base a este principio, qué puede quedar para los que hablan del cambio de la sociedad y del mundo?  En qué se fundamenta realmente su lucha para mejorar las condiciones de vida del ser humano?

Por ello,  que no puedo estar de acuerdo con ellos, aun cuando nos digan con otras palabras, que estamos hablando de lo mismo. Está claro que no estamos hablando todos de lo mismo, o sea,  no cuadra bien la Regla de Oro “TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN.

Qué habrán sentido en los distintos pueblos y momentos históricos todos aquellos que hicieron de la Regla de Oro el principio moral por excelencia?. De esta fórmula, puede derivarse una moral completa, que brota de la profundidad humana sencilla y sincera. A través de ella, nos develamos a nosotros mismos en los demás. La Regla de Oro no impone una conducta, ofrece un ideal y un modelo a seguir al par que nos permite avanzar en el conocimiento de nuestra propia vida.

Hoy en día, las relaciones entre las personas están cargadas de la desconfianza, el cálculo, el aislamiento y el individualismo. La antigua solidaridad fue reemplazada por la competencia salvaje a la que no escapa ni la propia familia ni los amigos más cercanos. Pero si se reconstruyen las relaciones en base al ideal de tratar al otro como quisiera ser tratado se abren las puertas a una nueva sociedad. Ahora es claro que este cambio no puede ponerse en marcha de forma  violenta, ni por imposiciones o fanatismos, sino por medio de la opinión y la acción de todas las personas que viven con nosotros.

En el principio de conducta “TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN”, es importante: el trato que uno requiere de los demás, donde el deseo común es a recibir un trato sin violencia y a reclamar ayuda para mejorar la propia vida. El trato requerido es independiente del que se está dispuesto a dar a los demás. De Igual forma es importante el trato que uno está dispuesto a dar a los demás, ya que se suele tratar a los otros utilitariamente como se hace con los objetos, con las plantas y con los animales. Sin embargo,  algunos otros son los llamados “seres queridos”, en los que su sufrimiento y su alegría nos produce fuertes conmociones. En ellos se reconoce algo de uno y se los tiende a tratar del modo en que se quisiera ser tratado. Hay pues una diferencia entre los seres queridos y aquellos otros en los que uno no se identifica.

Es bueno señalar que las simples palabras no fundamentan nada. Uno desea recibir ayuda, pero ¿por qué habría de darla a otros? Palabras como “solidaridad” o “justicia” no son suficientes; pues muchas veces se dicen sin sentirlas. Solo son palabras que se suelen utilizar para obtener la colaboración de otros, pero sin darla a otros. Esto puede llevarse más allá todavía, hacia otras palabras como “amor”, “bondad”, etc. ¿Por qué se habría de amar a alguien que no es un ser querido?

La Regla de Oro “TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN” no impone una conducta, ofrece un ideal y un modelo a seguir, al mismo tiempo nos permite conocer nuestra propia vida.

Entonces a ti que me lees, te recomiendo que te consideres  cambios de conducta en el trato con las otras personas. Mira en tu medio inmediato y planteate  cambios en el trato con tu familia, con tu pareja, con tus amigos, con tus compañeros de trabajo. Orientando la propia vida por este principio se pueden experimentar grandes y positivos cambios en la vida de uno y de quienes nos rodean propiciando así el avance la no-violencia y la solidaridad y no olvidemos “TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *