Ya llegando la “Navidad” quiero contarte a tí que lees mi reflexión como imagino fueron las noches de José y María durante el recorrido del camino de Belén

A Belén iban José y María cuando ella  llegaba casi al final de su embarazo y ellos tuvieron que realizar el viaje debido a que el emperador de la época llamado Augusto ordenó un gran censo que obligaba a todo el mundo a dirigirse a su pueblo de  origen.Un censo a fin de controlar el número de habitantes de su Imperio para establecer tributos directos e indirectos, y con fines militares.

José y María no eran los únicos que estaban de viaje. Por orden del emperador César Augusto, todos los habitantes del país tenían que ir a su ciudad de origen para inscribirse en un censo.

Así que, a Belén tenía que ir José, ya que ese era el lugar de origen de la familia del Rey David, a la que tanto él como María pertenecían.

 José fue a inscribirse con María. Ella respetaba el papel que Jehová había asignado al hombre como cabeza de familia y a la mujer como su colaboradora, por lo que apoyaba fielmente las decisiones de José.

Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era descendiente de David

Lc 2, 4 Biblia Dios Habla Hoy

José y María tuvieron que recorrer una distancia de 156 kilómetros para llegar a Belén la ciudad del Rey David), situada a 7 kilómetros al sur de Jerusalén.

Ellos recorrían un camino  montañoso, en una época en la que era difícil recorrerlo debido al paisaje árido del gran desierto, con temperaturas altas en el día y bajas en la noche.y de fiar.

Ellos pudieron ser acechados por animales salvajes, sin luz, en tiempo de otoño y con el temor de encontrarse con pastores nómadas llamados beduinos que no eran mu

En aquel tiempo, la gente viajaba a pie, en animales o en caravanas que transitaban  de Jerusalén a Egipto y la travesía era de cuatro a seis días.  Se supone que la pareja tenía un asno que cargaba los alimentos.

Probablemente María estaría cansada y  sintiendo al niño moverse en su interior, pues a ella le falta poco para dar a luz, en estado avanzado de gravidez”.

Por lo que, trataría de acomodarse lo mejor que podía sobre los lomos del  asno y aunque ya estaba próximo el momento del parto, hizo el recorrido mientras José, iba adelante guiando el trayecto.

Así pues, caminaban de noche, pues José decía que para ella era mejor. Otros pensaban igual. Eran un grupo de galileos, peregrinando en la noche, escuchando ladridos de perros distantes y quejas de lechuzas asustadas.

Tras varios días de camino, esta última parte del trayecto debió resultar muy agotadora. Hasta es posible que el viaje les tomara más tiempo de lo habitual, pues seguramente tendrían que hacer frecuentes paradas para que María descansara un poco.

Por lo tanto, podían ver las estrellas en la noche mientras caminaban hacia lo desconocido. Y así, María iría descubriendo que había ido a Belén para recibir al niño, sin tener seguridades, ni haber hecho preparativos.

Hoy en día, considero que mi corazón se conmueve al comprender qué tan grande era la fe de ella y su deseo por cumplir con la promesa de tener al “Salvador y al Hijo de Dios” en sus entrañas.

Personalmente, pido a la María que nos ayude a preparar el camino durante este Adviento  y así acomodar en nuestro corazón una linda y blanda cuna para recibir al Niño Jesús.

También, pido a San José que nos regale un corazón puro y resignado para aceptar con alegría los designios de Dios para nuestras vidas.

Entonces, acompañemos a José y María en este recorrido hacia Belén para permitir que esta Navidad llegue Jesús a nuestros corazones si le

Finalmente les invito a que  acompañemos simbólicamente a José y María en este recorrido hacia Belén, para permitir que esta Navidad llegue Jesús a nuestros corazones si le damos cabida.

Para recrear este viaje les invito a disfrutar del video “Camino de Belen”  entren en https://www.youtube.com/watch?v=nbQ3q5bzXUU.

Con el mejor de los deseos de que  tengan una Feliz Navidad espero nos encontramos en mi próxima reflexión. Ilgra Daza