Al escribirles sobre el HUMOR quiero recordar que, el término HUMOR surge del griego “humus”, de la teoría de los cuatro humores del cuerpo de la medicina griega, que regulaban el estado de ánimo.
A partir de esta medicina se establecía que determinados elementos de nuestro organismo eran los que nos permitían experimentar sensaciones de alegría y divertimento ante ciertas situaciones.
Para mí, el HUMOR, es una cuestión psicológica y cultural, que se vincula intrínsecamente con reacciones físicas que son generadas como respuesta ante ciertos estímulos externos.
Por ello, decimos que una persona posee ‘buen sentido del HUMOR’, cuando esa persona responde de manera positiva a las experiencias de humor, logrando sentir alegría.
El HUMOR ha existido en la Humanidad y ha sido utilizado en diferentes momentos de la historia con fines políticos e ideológicos. Hoy en día, es un recurso de la cultura occidental y cuenta con gran desarrollo, como también numerosos métodos, estilos y variantes.
El humorista venezolano Aquiles Nazoa definió HUMOR como: “hacer que la gente piense, sin que se dé cuenta que está pensando”. Concepto muy acertado, pues en una situación cómica, como decía ese humorista el sistema nervioso; memoria y áreas asociativas, reaccionan en fracciones de segundo; uno “piensa” sin querer y ríe, como un acto reflejo.
El sentido del HUMOR estimula el sentido de gracia en uno mismo y en los demás. Hay formas de causar gracia, convirtiendo acciones que habitualmente carecen de sentido humorístico en un despertar la risa.
Cuando nos reímos, pareciera ser que todos los problemas y preocupaciones quedan detrás, al menos por un instante. De manera que estoy convencida que los pensamientos agradables provocan un mejor ánimo y, en consecuencia, aumentan nuestras defensas.
Cabe destacar que sociólogos, psicólogos, comunicadores y demás especialistas en comportamiento humano, han estudiado y concluido, que el sentido del HUMOR venezolano tiene una particular agudeza y es muy superior en relación al de otras naciones.
Ante la realidad a la que muchos nos enfrentamos a diario en Venezuela, por mucho que uno intente, es incomprensible que a pesar de las adversidades, es un país donde la gente se sigue riendo.
Por ello, para explicar esas contradicciones, el humorista y politólogo venezolano Laureano Márquez señala «la única herramienta que nos queda es el humor».
Hoy me lleno de regocijo al decirles que a todos los venezolanos nos gusta tener sentido del humor, sobre todo a los amigos, en el trabajo y en familia. Hay algunos también que repiten una y otra vez el mismo chiste porque les hace gracia, llegando incluso, los más imaginativos especialmente, a inventar sus chistes propios.
Unos chistes que pueden ser el mejor remedio para arrancar una sonrisa y mejorar el semblante, con su HUMOR directo y creatividad suelen ser un bálsamo para los problemas diarios y un buen aliciente para mirar la vida y el día a día con optimismo.
Por ello, “El que cree que entiende a Venezuela debe ir al psicólogo, porque tiene problemas de la cabeza” sostiene Márquez.
Jajajaja hasta la próxima.
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