En un lugar de mi Venezuela llamado la Villa de Todos los Santos de Calabozo, mejor conocido como Calabozo el vertedero de basura es zona olvidada por gobiernos municipales que hemos tenido. Con toneladas de basura se encuentran quienes entran en la ciudad viniendo desde El Sombrero. Y la basura se esparce por la vialidad, cosa  que limita el tràfico  a los conductores.

El tema del vertedero de basura y  los efectos contaminantes que se generan por falta de supervision en la deposicion de los desechos nos afectan a todos.  Ahora bien, lo que realmente llama mi atenciòn es que en este lugar hacen vida un grupo de personas entre ellas niños que viven de lo que encuentran al hurgar en las bolsas.

Clama ante los ojos de Dios la precaria situaciòn en la que viven estos seres quienes conviven con la basura: madres con niños descalzos y desnudos ante hierros oxidados, vidrios partidos y todo lo que entre la basura de puede conseguir como moscas, gusanos. No es una exageracion! Una cosa es decirlo y otra es verlo.

Este relato no es para dar lastima, sino para que muchos puedan comprender la vida actual de muchos venezolanos. Triste pero cierto!.

Hoy la imagen que coloco no es escogida al azar: Es la foto de uno de los momentos en que un grupo de cristianos catòlicos de la Comundad Jesùs es Señor nos hemos dedicado a recordarles que Dios les ama y llevale un plato de comida a quien màs lo necesita.

Mi reflexiòn en esta ocasiòn tiene que ver que cuantos diran y donde esta Dios cuando sucede esto? Y me respondo que està usando a personas que puedan ayudar a quien asì lo necesita y recordemos que ante el juicio final se nos dirà: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis». Mt 25, 40